sábado, 28 de agosto de 2010

Lo que tiene de grande, lo tiene de puto.

 No podemos simplemente esperar a que las cosas sigan el rumbo deseado. Debemos provocarlas. 

Tenemos que visualizar y pensar positivamente, pensar de forma positiva tanto como podamos. Se han formulado teorías tales como que cuando una persona es optimista, desprende una mínima energía que actúa como un desencadenante que hace realidad tus espectativas, un pequeño efecto mariposa. (Hay libros... y todo). Cuanto más se piense, más grande será el triunfo.
 Como reza uno de los mensajes subliminares de American Beauty: para tener éxito, hay que visualizar una imagen clara de éxito. 





 En fin, supongo que a algunos les funciona. Se visualizan previamente, con tanto esfuerzo que les duele la cabeza. Tienen tanto tiempo para concentrarse como quieran, en una puñetera celda creo que se podrían desarrollar incluso funciones telequinésicas. Luego, cogen un cuchillo (seguramente les habrá llegado levitando gracias a su poder mental) y se cortan el pene. 
 Y así es como un preso por violencia machista evita ser extraditado a su país, Kazajistán.
 Para ese sujeto, tener un muñón ahí abajo es una señal de triunfo... lo que no sé es por qué puñetas habrá optado por esa parte del cuerpo, o al menos tan tarde. Comprenderán que para mí, esa desgarrafal victoria se me escapa de las manos, muy puta.


 Otros sin embargo, parece que no tienen tiempo suficiente para visualizar nada, están más preocupados en sobre-vivir el momento, que en premonizar ninguna mierda de éxito futuro. Estuve leyendo acerca de uno de los 4.000 mutilados del terremoto de Puerto Príncipe (Haití) del 12 de enero, Willy Petterson se llama. Los muros de la iglesia fueron los que destrozaron su pierna. Pide limosna a los blancos de las ONG's que vienen a sacar fotos. 
Quiero pensar que son esos blancos los que visualizan un fufuro digno para y por aquellos haitianos. 
 Pero no lo llamaría éxito, sino vida.










martes, 17 de agosto de 2010

¿Nos vemos una porno... en 3D?

 ''El hombre nace bueno, es la sociedad la que lo pervierte'' (Rousseau). 

 Supongo que eso es tan absurdo como el pensamiento contrario. El hombre nace bueno, malo, pervertido e inocente, y es la sociedad y los acontecimientos que mama desde que nace quienes potencian las cualidades que están ya en el sujeto.


 Supongo que la iniciativa japonesa de la industria pornográfica de distribuir unas gafas negras y deformes junto con el paquete de kleenex, acabará potenciando en cada uno un erotismo... mejor dimensionado. La verdad es que intento imaginar cómo se verá este género al haber disfrutado de Toy Story en 3D hace un par de semanas... interesante. Es el progreso, qué le vamos a hacer. 





  El otro día me perdí entre unas extensas plataneras (vivo donde el plátano canario, sí). Llegué a un pequeño pueblo, muy pequeño, situado en la ladera de un acantilado que daba al mar (vivo en una isla, sí). Cuando llegué a casa, quise buscar en Google Maps (vivo y tengo internet, sí) el lugar donde había estado. Comprobé que era bastante inóspito, inaccesible y que efectivamente eran plátanos. Y cuando menos me lo espero, tachán! Hasta la puñetera calle más estrecha del pueblecillo tenía Street View. Bendito sea, pensé. Bendito sea el Opel negro que se aventuró por aquel lugar para grabar cada detalle al servicio de miles de personas.


 Supongo que, ahora que sabemos que Google y su comitiva no están durmiendo bien por un presunto delito de robo de datos de los usuarios a través de los pequeños e inocentes Opels/Opeles negros, de benditos no tienen nada. Pero es el progreso, qué le vamos a hacer.

 Será que la máquina nace buena y es el hombre el que la pervierte...




 Sea como sea, aquí todos somos pervertidos, y el dinero es el peor potenciador de esta nuestra cualidad nata. 
 Quien quiera, que lo vea. Y quien no, que se ponga un tapón en su sexo y en su tarjeta de crédito, que al fin y al cabo, parece ser lo mismo.

jueves, 12 de agosto de 2010

Cómo hacer que un ProSurfer desfase una noche en Las Palmas de G.C.

  



Hoy día, la calle parece más rentable que cualquier currito. Te sientas frente al mar, con puesta de sol incluida, te pones a chapurrear un par de temas que habías ensañado con Youtube la noche anterior, y como poco te pagas un sandwich para cenar (importante tener un mínimo de arte si quieres probar algo consistente... también están los que cenan un regaliz).

Jóvenes de entre 15 y 24 años = generación perdida (81 millones de parados en el globo) Mejor generación superviviente. Sobre todo si logramos cagar y leer al mismo tiempo después de mamar una leche tan podrida y contraria al intelecto humano como Gran Hermano. 


 Aunque empiezo a pensar que después de la edición número 11 de semejante granja de borregos, quizá sí pueda tener algo que ver con una generación entera... 11 años; por dios, que alguien se de por aludido.



 En fin, mejor ocuparnos de salir de fiesta y ahogar el paro en un vodzka-naranja bien cargadito. 
 La cosa se puede complicar cuando es agosto en Las Palmas y tienes que iluminar a un grupo de surferos extranjeros cuyo nivel de tetosterona podría hacer que cada uno acabase frotándose contra una papelera.
 Es que el fiestón canario deja que desear, y junto con el garrafón, puede obligarte a hacer cosas como aguantar hasta las 5 para que al día siguiente puedas fardar... ñós, vaya resaca... es que anoche salí, jeee





 Mejor un buen mojito, una buena música y alguien con quien compartir las horas nocturnas... creo que están vendiendo packs en el Mercadona, junto al bacalaoooo